Desde que vi la segunda temporada de The Wire, la del estibador es una figura que me causa bastante curiosidad, pues las mafias que hay montadas en el Baltimore de la HBO no se quedan pequeñas ante las historias que se oyen sobre los estibadores públicos de los puertos españoles.
Por lo visto, (aunque no puedo confirmar cuánto hay de cierto en esto) es un puesto que hasta hace poco era hereditario, desde que el Gobierno de Franco lo creó en los años 50 para personas con problemas de integración. Desde entonces, gracias a una fuerza envidiable de sus sindicatos, crecieron hasta este pasado diciembre, cuando un fallo del Tribunal de Justicia de la UE dio la razón a la CE y al considerar que "estas trabas a la libre contratación de estibadores porturarios vulneran el principio de libertad de establecimiento". (Su poder se debía, fundamentalmente, a la capacidad de alterar los tiempos de descarga de los buques, cuyas horas de atraque son valiosísimas)
Aquí la noticia completa.
Sin embargo, me parece clave que conozcáis el por qué de tanta polémica (en círculos portuarios al menos): sueldos que alcanzan los 180.000 euros al año, capaces de restar competitividad a los puertos españoles contra los que no tienen que soportar semejantes cargas (el de Valencia, según la noticia de Levante Mercantil, "paga 7,6 M al año a estibadores solo por tocar el silbato".
Comentar que, progresivamente, antes del antedicho fallo del TJUE, el número de estibadores privados ya aumentaba en detrimento de los públicos.
Muy interesante las chicas de Algeciras que quieren ser estibadoras.
ResponderEliminar