NATS Holdings (antes National Air Traffic Services), el principal proveedor de servicios de control de tráfico aéreo del Reino Unido y uno de los más importantes del mundo, publicó recientemente un texto en su blog en el que alertaba sobre el creciente uso de drones en el cielo británico y la necesidad de medidas que lo regulen.
En la actualidad, la utilización de estos artefactos, también conocidos como RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems), es principalmente recreativa y comercial, sobre todo como soporte de cámaras para la retransmisión de eventos deportivos y la realización de programas. Pese a que actualmente su uso logístico no representa una parte importante de la demanda, son conocidas las previsiones que sostienen que un día podrá serlo.
De forma paralela al aumento del uso de drones se está produciendo un incremento en el número de incidencias. Lo que alarma a NATS es la cantidad de conflictos producidos en áreas limítrofes a aeródromos o a altitudes en las que pueden coincidir con aviones pilotados. El reto para el control aéreo radica en que muchos de estos artefactos son demasiado pequeños como para poder ser detectados mediante los métodos habituales de navegación.
La posibilidad de que se extienda el uso de drones para fines, además de audiovisuales y particulares, logísticos permite pensar que se hará cada vez más necesaria una regulación que permita a estos aparatos compartir de manera segura y eficiente espacio aéreo no sólo con otros elementos de su clase, sino también con aviones privados y comerciales.
En cualquier caso, NATS recuerda a los potenciales propietarios de drones que revisen las directrices para usuarios de lo que la CAA (Autoridad de Aviación Civil británica) llama "Small Unmanned Aircraft".
De forma paralela al aumento del uso de drones se está produciendo un incremento en el número de incidencias. Lo que alarma a NATS es la cantidad de conflictos producidos en áreas limítrofes a aeródromos o a altitudes en las que pueden coincidir con aviones pilotados. El reto para el control aéreo radica en que muchos de estos artefactos son demasiado pequeños como para poder ser detectados mediante los métodos habituales de navegación.
La posibilidad de que se extienda el uso de drones para fines, además de audiovisuales y particulares, logísticos permite pensar que se hará cada vez más necesaria una regulación que permita a estos aparatos compartir de manera segura y eficiente espacio aéreo no sólo con otros elementos de su clase, sino también con aviones privados y comerciales.
En cualquier caso, NATS recuerda a los potenciales propietarios de drones que revisen las directrices para usuarios de lo que la CAA (Autoridad de Aviación Civil británica) llama "Small Unmanned Aircraft".
Antonio Villar
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